Mi amigo David me instó a que no hiciera mi tesina sobre Borges, con el argumento de que en mis búsquedas en Internet iba a encontrar nueces y otros frutos secos que entorpecerían mi labor. Alguna nuez de California puede entorpecer, no digo que no, pero desconciertan más otras cosas: mi novia estudia al escritor José María Merino y en sus búsquedas bibliográficas en Dialnet aparecen artículos tan interesantes como éste o éste otro, realizados por el prestigioso urólogo José María Merino.
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Ay, que me ha dolido hasta a mí. ¿Pero cómo puede dedicarse uno a estudiar esas cosas? Encima lo hará con gusto el tío... Y luego nos desprecian a los de letras. Qué asquito, madre.
ResponderEliminarAsco grande, Filóloga
ResponderEliminarY que lo digáis... son gajes del oficio de investigador, no siempre se encuentra lo que se busca.
ResponderEliminarY claro... si no avanza una es por estas cosas, que me dejan trastorná...
ResponderEliminarEspero que cuado acabes la tesis me des la razón, en lo refente a las búsquedad .
ResponderEliminarEsta entrada es una forma de darte la razón, David, ya ves que la homonimia puede dejar a la gente trastornada, como le ocurre a Terita. Pero para ella, que es una gran investigadora, estas cosas no son un freno. Y ahora os dejo, que he visto la entrada anterior y me voy a aplicar el "Levántate y escribe".
ResponderEliminar;)
Hola, Quique. Yo también he creado un nuevo blog, mucho menos pretencioso que La verdad de Occidente, al que tengo bastante abandonado. Espero que te pases y le eches un vistazo, a ver qué te parece.
ResponderEliminarPor cierto: ¿te acuerdas de que te mandé unos poemas? Pues los he presentado al Adonais y al II Premio Fundación ECOEM, donde ha publicado Juan Antonio, mi preparador de Claustro, a quien he visto que tienes agregado.
Un abrazo, poeta
Otro abrazo para ti, Rafa. Te visitaré, claro. Y suerte con los premios.
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