Lejos de parecerles ridículo memorizar poemas infantiles, un grupo de alumnos de 1º y 2º de Secundaria de mi colegio lo pasó en grande recitando versos a los niños de Primaria. Pero si ellos disfrutaron, más lo hicieron los pequeños, que descubrían entre tanta palabra mágica que ellos, en apenas 5 o 6 años, también serían capaces de proclamar a los cuatro vientos, tan bien como "los niños grandes", poemas como éste:
a
El sapo verde
a
Ese sapo verde
se esconde y se pierde;
así no lo besa
ninguna princesa.
a
Porque con un beso
él se hará princeso
o principe guapo;
¡y quiere ser sapo!
a
No quiere reinado,
ni trono dorado,
ni enorme castillo,
ni manto amarillo.
a
Tampoco lacayos
ni tres mil vasallos.
Quiere ver la luna
desde la laguna.
a
Una madrugada
lo encantó alguna hada;
y así se ha quedado:
sapo y encantado.
a
Disfruta de todo:
se mete en el lodo
saltándose, solo,
todo el protocolo.
a
Y le importa un pito
si no está bonito
cazar un insecto;
¡que nadie es perfecto!
a
¿Su regio dosel?
No se acuerda de él.
¿Su sábana roja?
Prefiere una hoja.
a
¿Su yelmo y su escudo?
Le gusta ir desnudo.
¿La princesa Eliana?
Él ama a una rana.
a
A una rana verde
que salta y se pierde
y mira la luna
desde la laguna.
a
aaaaaaaaaaCarmen Gil